En esta ocasión les voy a hablar sobre los líderes, para entender con mayor claridad el concepto de la humildad, ya que, como comenté en otros artículos, a mayor humildad más cerca de Dios estaremos y por contrapartida las acciones que emprendamos para cumplir nuestros objetivos con la ley de la atracción, se realizarán con mayor efectividad.
A nivel grupal, uno entiende que líder es el que encabeza a un grupo de personas. Este grupo puede estar conformado desde dos personas hasta millares de ellas.
Los líderes se ven en todo tipo de grupos y relaciones: en el trabajo, en el deporte, entre amigos, en la política. Y esta clasificación no terminaría nunca, ya que cuando dos o más personas se reúnen con un objetivo común, siempre alguna querrá liderar o guiar las decisiones a tomar.
Porque independientemente de que estas decisiones sean democráticas, discutidas y decididas por la mayoría, siempre habrá un líder que encabece a dichos grupos.
Ahora bien, cuál es la diferencia entre un verdadero líder y un dictador.
Que el primero actúa con humildad y el segundo con soberbia, prepotencia y motivado ente otras cosas por el poder mismo, sin importarle en lo más mínimo las personas que dirige.
A nivel político cuando digo dictador, no necesariamente esto quiere decir que represente a alguien que haya tomado el poder por la fuerza. Es más, en América tuvimos y tenemos en distintos países del continente, a dictadores que encubiertos por democracias débiles actúan como verdaderos dictadores, pasando dichas Naciones a ser políticamente Dictocracias encubiertas con el traje de una Democracia falsa y engañosa.
Entonces ahí vemos el falso líder, sin humildad, sólo guiado por su propio Ego, rodeado generalmente por un grupo de obsecuentes o de cobardes que no se atreven a discutirle los errores y horrores que comete continuamente, por manejarse con la prepotencia y desprecio hacia sus semejantes.
Un verdadero líder escucha las críticas, un verdadero líder toma a la oposición con respeto, disiente con la misma con la mente abierta y por sobre todas las cosas nos los considera enemigos por el sólo hecho de pensar distinto.
Un verdadero líder se considera él mismo en el grupo como el menos importante, ya que si actúa con humildad, su premisa debe ser el bien de los demás por encima del bien personal.
Cuando un líder actúa preponderantemente guiado por la humildad se convierte en un estadista.
Entonces aquí vemos contrariamente a la mentalidad que nos inculcó la sociedad de chicos, que el actuar con humildad no es sinónimo de debilidad, el desear el bien a los demás no es sinónimo de no saber defenderse. Todo lo contrario, el que actúa con humildad es quien debe llevarse el mayor de nuestros respetos, porque dicho líder es quien actuará pensando que tiene al lado a Dios guiándolo.
El líder que actúa con humildad, no necesita de la fuerza ni de la intimidación para hacerse respetar. Ya que el mismo actúa motivado por el amor hacia su semejante y recibirá lo mismo de éste.
Por lo tanto si queremos que nuestros líderes sean capaces, inteligentes y respetuosos de sus seguidores, empecemos por ser nosotros mismos líderes de nuestras vidas. Miremos nuestro propio futuro con optimismo y no dejemos de actuar, imponiéndonos metas sustentadas por la perseverancia y fuerza de voluntad. Dejando de lado nuestro Ego, para dejarnos guiar por nuestra humildad.
“Los últimos serán los primeros”
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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.
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