41) LEY DE LA ATRACION - La Trinidad (Parte 1)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en tres partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 1:

 

El Domingo 28 de marzo de 2010 estábamos preparándonos con mi familia para ir al mediodía a la playa, sin embargo tuvimos que posponer por dos horas nuestras intenciones iniciales; ya que por un llamado telefónico que recibimos (para el caso no importa quién lo hizo), cambiamos nuestros planes y media hora después estábamos presenciando la Misa de Ramos.

 

Yo no voy seguido a Misa, ni es mi intención ponerme a analizar si está bien o no ir, cada uno sabrá la necesidad interior de concurrir tanto a una Iglesia como a una Sinagoga o a una Mezquita (dependiendo de la religión que cada persona profese o no).

 

Pero lo importante de lo que voy a expresar en este artículo, no es el hecho en sí de haber ido a Misa, sino lo que escuché en el Sermón de ese día.

 

Si bien uno siempre a escuchado y desde chico principalmente, la palabra de Dios, ese día en particular y a causa de las Pascuas, escuché una frase que me llamó la atención por encima de todas las demás.

 

A causa de la Ley de la Atracción uno va aprendiendo que lo que llama “la atención”, la mayoría de las veces, es porque esa circunstancia tiene alguna enseñanza por darnos.

 

Esa frase a que me refiero, hizo que me detuviera en ella con curiosidad, cuando normalmente no tendría que ser así, ya que (refiriéndonos a la historia contada sobre Jesús) uno puede sobresaltarse por un hecho de valentía o incluso de sufrimiento; sin embargo ese día las palabras del cura que se impregnaron en mi mente con mayor fuerza, fueron la narración de una cobardía.

 

Me refiero en particular cuando Jesús en la última cena dijo, según el Evangelio de Mateo 26,33-34:

 

33-Pedro empezó a decirle: “Aunque todos tropiecen, yo nunca dudaré de ti”

34-Jesús le replicó: “Yo te aseguro que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces.”

 

Entonces sabiendo que la Biblia contiene toda la enseñanza de la ley de la atracción, comencé a analizar esa frase, primero de la manera tradicional o “racional”, es decir lo que las palabras transmiten a simple vista.

 

Con lo cual me pregunté en primera instancia por qué sucedió esto y para qué.

 

Efectivamente había que cumplir el plan trazado por Dios con el sufrimiento y posterior muerte de Jesús, para que de esta manera (murió para pagar los pecados de todos nosotros), dar el ejemplo de que con su muerte estaba salvando la vida de los demás.

 

Dice en 1 Pedro 2:24:

 

24-quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

 

Entonces cuando Jesús le profetizó a Pedro que éste lo iba a negar, lo que estaba haciendo era preparando a Pedro para su posterior Evangelización.

 

Si bien la siguiente es exclusivamente mi interpretación, no creo que esté muy errado de la verdad:

 

Cuando Jesús dijo lo que dijo, hizo que al momento que Pedro dijera por tercera vez que no conocía a Jesús por miedo a morir, éste sintiera vergüenza de la cobardía que había tenido.

 

Según el Evangelio de Lucas dice en 22,60-62

 

60-De nuevo Pedro lo negó diciendo: “Amigo, no sé de qué hablas.”

Todavía estaba hablando cuando un gallo cantó.

61-El Señor se volvió y fijó la mirada en Pedro. Y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: “Antes de que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces.”

62-Y, saliendo afuera, lloró amargamente.

 

Yo aquí veo que Pedro en ese momento de cobardía, nos representó a todos los hombres en ese instante de bajeza humana, donde uno pone por delante su propia vida por sobre la vida de los demás, que es lo contrario a la enseñanza que nos impartió Jesús.

 

Hasta aquí estaría respondida la primer pregunta: ¿por qué?

 

Y el segundo interrogante ¿para qué hizo Jesús o Dios esto?, lo respondería con el siguiente análisis:

 

Sí Pedro salía en defensa de Jesús y consideremos que lo hubiesen arrestado (a Pedro) para después liberarlo, qué hubiese sucedido con su evangelización.

 

Sí Pedro hubiese actuado con valentía y hubiera sobrevivido a dicha acción, cuando tuviese que evangelizar lo habría hecho desde una posición de ¿soberbia?, de ¿grandeza?.

 

Sin embargo Jesús, al hacerle notar que era un hombre con sus debilidades incluidas, hizo que a partir de su propia muerte, Pedro cada vez que tuviera que transmitir la palabra de Jesús, se acordase en ese momento de la cobardía que había tenido y por lo tanto tuviera que evangelizar desde una posición de “humildad”.

 

Es decir, con su actitud Jesús le dejó a Pedro (y a nosotros por consecuencia) una de las mayores enseñanzas: La de desenvolverse con humildad.

 

Hasta ahora como vieron, lo que hice como Cristiano fue abrir la Biblia y realizar un comentario, que pueden estar o no de acuerdo totalmente, pero es una conclusión a la que llego por lo menos planteada con bastante racionalidad.

 

Pero a continuación desarrollaré un análisis con una perspectiva totalmente distinta.

 

A partir de ahora les sugiero que esa Biblia que ustedes mismos tienen en la mano, como primer medida la cierren.

 

Luego tomen un marcador y tachen la palabra Biblia y sobre ella escriban la frase Ley de la Atracción (por supuesto que no lo digo literalmente, hagan este cambió sólo mentalmente).

 

Después de hecho esto abran nuevamente la Biblia y comiencen a analizarla no ya como Cristianos, es más ello no tiene importancia, incluso pueden ser judíos o musulmanes o ateos.

 

Ya que al tomar la Biblia por esta segunda vez, lo deben hacer desde una posición de investigadores de la ley de la atracción, por lo cual su inclinación religiosa no tiene importancia para este caso.

 

Entonces partiendo de esa premisa, que la Biblia es el texto que acumula las mejores enseñanzas de la ley de la atracción y que dichos mensajes se encuentran escritos en segundas líneas, es que debemos aprender a leerla con esa otra mentalidad “creativa”, para poder interpretar correctamente todos los mensajes que ésta contiene y que son una continuidad de las mismas palabras escritas en ella.

 

Respecto a esto último cito según el Evangelio de Marcos en 4,11-13:

 

11-Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;

12-para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.

13-Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?

 

Aquí es entonces donde comenzaré específicamente a desarrollar el tema que da título a este artículo.

 

Para ello veamos nuevamente la frase que pronunció Jesús:

 

Yo te aseguro que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces.”

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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