86) LEY DE LA ATRACCION - La casa alquilada

Esta semana leí el libro titulado “El poder del ahora” de Eckhar Ttolle.

 

Dicho autor expresa en este libro básicamente dos conceptos: Aprender a vivir el ahora, ya que el tiempo pasado y futuro le pertenece al Ego, por lo miedos que arrastramos de uno hacia otro lado en esa línea imaginaria del tiempo.

 

Y por otro lado habla de las dos mentes: La mente y la no mente. Siendo la primera la creada por el Ego y la segunda es lo que él denomina nuestro “Ser”, que no se encuentra en la mente y que es como referirse a nuestro espíritu.

 

Y respecto a estos dos conceptos, explica cómo ver en perspectiva al funcionamiento de nuestra mente, para no dejarnos embaucar por el Ego por los pensamientos negativos que nos embargan. De tal forma de sentir durante más tiempo la esencia de nuestro Ser, acercándonos de esta manera a la “iluminación” que nos conecta con la inteligencia Divina.

 

Con lo anterior no pretendo hacer un resumen de dicho libro, ya que sería una falta de respeto de mi parte, ni tampoco quiero comentar el contenido del mismo, porque para eso está muy bien desarrollado en toda su extensión por Eckhar Ttolle.

 

Mi objetivo pasa por desarrollar de acuerdo a mi pensamiento y punto de vista, la expresión de este autor sobre ubicarse como observador de nuestra propia mente.

 

Debo reconocer que independientemente de que este libro es netamente espiritual y yo me inclino entre una combinación del camino espiritual con un pragmatismo material; este libro que llegó a mis manos me abrió más la mente y me permitió entender mejor el concepto del Ego, cosa que hasta ahora los demás autores no se habían explayado con tanta profundidad.

 

Por lo tanto desde esa base de información recibida, pretendo dar una vuelta de tuerca para con una analogía, explicar cómo el usar ese concepto desarrollado por Eckhar Ttolle, nos permite enfrentar al Ego y no dejarnos vencer por el mismo.

 

Hasta ahora yo hablaba de nuestra mente y que el Ego nos envía pensamientos negativos continuamente, para de esa manera crearnos miedos y temores y por contrapartida hacernos reaccionar ante el entorno en forma defensiva, acentuando la separación que él nos quiere hacer creer respecto a los demás, contrariamente a lo que es la realidad: Todos somos uno “espiritualmente” unidos a Dios, pero que ignoramos o perdimos la memoria cada vez que nos reencarnarnos nuevamente en un cuerpo físico.

 

Luego de leer este libro me di cuenta, que no sólo los pensamientos negativos son creados por nuestro Ego, sino también nuestra mente, de ahí el título de este artículo.

 

El entender esto es fundamental para que psicológicamente, no nos dejemos noquear cuando el Ego nos ataca; veamos:

 

Nosotros somos sólo energía, sólo espíritu; el hecho de tener un cuerpo físico es sólo la creación imaginaria en nuestra mente, para hacernos vivir una irrealidad que debemos aprender a enfrentar.

 

Y esa mente es creada por el Ego para tenernos presos en ella y poder cumplir con su objetivo; es lo que yo llamo la casa alquilada.

 

El Ego es el propietario y nosotros somos los inquilinos. Estamos en ella de buena fe, sin embargo el único objetivo del Ego es tenernos encerrados en ella para obtener su paga.

 

Siendo esa paga lo que lo alimenta, es decir nuestros miedos, temores y las reacciones de odio que tenemos hacia los demás.

 

Entonces el secreto en esto, es reconocer que nosotros estamos de prestado en nuestra mente y que ella no es nuestra, de tal forma de no sentirnos abatidos o unos estúpidos, cada vez que los pensamientos negativos nos invaden.

 

Porque eso es lo que pretende el Ego, tenernos encerrados en ella y atacarnos continuamente para hacernos reaccionar, con miedo o con odio no importa, los dos sentimientos persiguen el mismo objetivo.

 

Entonces ¿cómo escapar de ese ataque si estamos encerrados entre cuatro paredes y nos cascotea con dichos pensamientos?

 

Hasta ahora las herramientas que conocía eran: oponer un pensamiento positivo a ese negativo y la otra era no oponer resistencia al problema que motiva dicho pensamiento negativo, aceptándolo como parte necesaria e imprescindible de este proceso o camino para el crecimiento espiritual (todos estos conceptos ya los fui desarrollando en distintos artículos).

 

Sin embargo aquí vi una nueva herramienta que es ponerse en perspectiva, en observador de nuestra propia mente, cada vez que por los sentimientos nos damos cuenta que estamos siendo atacados por el Ego.

 

El ponerse en observador de nuestra propia mente, nos permite “salir” fuera de ella y hacerle ver al Ego que no nos sentimos parte de ella, de esta manera se contrarresta la acción de nuestro enemigo.

 

Y la forma práctica de ponerse en observador es preguntarse cada vez que suceden esos ataques, ¿por qué me está pasando esto?. Vean cómo esto mismo yo lo aplicaba anteriormente en forma inconsciente (ver el artículo titulado “Nº 66 - ¿Por qué, para qué?”); es decir yo obtenía a veces el mismo resultado, pero sin darme cuenta que lo que estaba haciendo era ponerme en observador de mi propia mente.

 

Ya que el ponerse en esa posición, es la forma de decirle al Ego: Nosotros somos espíritu y pertenecemos “al todo” y nos debemos a él; y esto debilita al Ego y hace que se retraiga, disminuyendo o hasta desapareciendo el ataque que nos había comenzado a realizar.

 

Con todo esto yo voy aprendiendo que el llegar a la iluminación (que nos enseñará a utilizar correctamente la ley de la atracción) lleva una sucesión de pasos “defensivos”, antes de poder ejecutar las acciones propiamente “creativas”.

 

El primer paso es el conocido de limpiar nuestra mente de las limitaciones que la sociedad, de diferentes formas nos fue inculcando (no podes, no debes, etc.). Son los que yo llamo pensamientos saboteadores, traidores, que fueron ideas de los demás pero que nosotros las aceptamos.

 

Luego está el segundo paso, que es reconocer que los pensamientos negativos son armas o municiones que utiliza el Ego, para atacarnos y que debemos enfrentarlas aceptándolos en primera medida, para después recién anularlos.

 

Y el tercer paso que aprendí en esta ocasión es el de “la casa alquilada”, donde el reconocer que estamos ahí contra nuestra voluntad y no porque queremos, es la forma de evitar ser atacados, o en todo caso, que dicho ataque termine inmediatamente al entender por qué sucede.

 

Como ven estos tres pasos van en la misma dirección de limpiar nuestra mente de las negatividades, para desde una posición positiva permitir la comunicación con la mente subconsciente (el Espíritu Santo), utilizando ya las herramientas o pasos enumerados por los distintos autores, para lograr nuestros objetivos y deseos.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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