93) LEY DE LA ATRACCION - Amarás a tu enemigo

En esta ocasión voy hablar sobre un versículo que traté sobre el mismo en su forma literal, en el artículo titulado “Nº 30 - La vista del águila”; sin embargo esta vez voy a hacer su interpretación oculta.

 

Siempre he dicho que los versículos de la Biblia tienen una connotación directa, pero la más importante es la que se encuentra encubierta a la simple lectura.

 

En el artículo arriba citado, narro una historia donde deseándole el bien a “mi enemigo” me trajo un beneficio económico”; pero ello sólo fue el resultado de lo que se llama la ley de la correspondencia: Haces el bien y el bien volverá a ti en forma acrecentada.

 

El verdadero significado de este versículo es otro. Veamos, primero voy a trascribir el mismo según el Evangelio de San Mateo en 5,43-48:

 

43- Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.”

44- Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores,

45- para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.

46- Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene?. También los cobradores de impuestos lo hacen.

47- Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial?. También los paganos se comportan así.

48- Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.

 

Para entender el simbolismo de estos versículos, primero hay que comprender (es la premisa fundamental sobre la cual elaboro mi investigación), que la Biblia:

 

1º- Es un libro de metafísica.

2º- Fue escrito como si fuera la bibliografía particular de cada uno de nosotros.

3º- Para comprender sus enseñanzas, hay que tomarlas como si cada uno de nosotros fuéramos los únicos que existen sobre la Tierra.

 

En la medida que comprendamos ello, verán cómo las palabras de la Biblia toman otro significado del de su lectura literal, podrán dilucidar que cuando se habla de personas, no se está refiriendo a individuos de carne y hueso, sino a partes que componen la mente humana.

 

Así es que el significado que tiene en estos versículos la palabra “enemigo”, es el de “pensamientos negativos”.

 

Es decir aquí la Biblia nos enseña que la forma de combatir a estos adversarios, no es atacándolos, sino aceptándolos en primera instancia, para luego convertirlos en sus opuestos positivos.

 

Pero antes de profundizar este concepto, voy a traer a colación otros versículos que tratan sobre el mismo tema y que dicen según el Evangelio de San Mateo en 5,25-26:

 

25- Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al Juez, y el juez a los guardias, que te encerrarán en la cárcel?

26- En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.

 

Vean cómo se presenta nuevamente esas contradicciones incomprensibles de la Biblia, cuando se la lee literalmente:

 

Si uno va a la justicia a reclamar porque tu adversario te robó, te lastimó o te estafó, la Biblia dice olvídate de ello porque si llegas hasta el juez, el que serás condenado serás tú el justo y no quien cometió el delito.

 

Pero esta contradicción desaparece cuando se le aplica esa lectura “metafísica”; ya que aquí se nos está diciendo, que no debemos enfrentar a los “malos pensamientos”, sino llegar a un acuerdo.

 

Es decir nuestro trabajo cotidiano radica en ello; debemos aceptar esos pensamientos como parte nuestra (que son enviados por nuestro Ego) para neutralizar sus influencias negativas, pero no atacándolos, ya sea negándolos o ignorándolos, porque de esta manera estaríamos alimentándolos y dándoles mayor poder.

 

Aquí cabría hacerse una pregunta, independientemente de los beneficios psicológicos que implica no dejarse sucumbir por los pensamientos negativos: ¿Qué influencia tiene en todo este proceso de conseguir nuestros deseos, el reemplazar estos pensamientos negativos por otros positivos?

 

Y creo que la respuesta nos la está diciendo Cristo según el Evangelio de San Mateo en 5,21-24:

 

21- Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.”

22- Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno.

23- Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

24- deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.

 

En estos versículos Cristo nos dice que antes de dejar nuestros deseos (ofrendas) ante el altar (el subconsciente), debemos previamente hacer las paces con nuestro hermano (los pensamientos negativos).

 

Es decir, dentro de lo que implica todo este procedimiento de la Ley de la Atracción; antes de tener la comunicación con el subconsciente (el Espíritu Santo), debemos previamente “superar” los pensamientos negativos que nos estén afligiendo en ese momento. Y una vez hecho esto, recién deberemos aplicar las herramientas metafísicas, que nos permitirán lograr la comunicación efectiva con el subconsciente.

 

¿Ustedes dirán si es acertada la hipótesis que planteo en cuanto a la interpretación de los versículos, donde decir que hay que amar al enemigo, es querer expresar que debemos tomar no con odio, sino con comprensión a nuestros pensamientos negativos?.

 

Pues cuando me planteé esta interpretación ¡oh casualidad!, a los dos días de ello, en un libro que venía leyendo, llegué a la parte en donde su autora planteaba lo mismo. Ese libro a que hago mención fue escrito en 1875 y se llama “Ciencia y Salud”, escrito por Mary Baker Glover.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.