99) LEY DE LA ATRACCION - La crucifixión de Cristo

Dejando de lado la lectura literal (histórica) de este evento y mirando en profundidad, ¿qué nos está representando en esta parte este relato bíblico, qué significado nos quiere transmitir?

 

En la Biblia primero por medio de los profetas y luego con el mismo Cristo, nos van por comparaciones, parábolas e historias, repitiendo continuamente en distintos pasajes partes de un mismo mensaje.

 

En el relato final de los 4 evangelios de los apóstoles (así se denomina no sólo a los primeros discípulos de Jesús, sino a todo aquel que trasmite la Palabra de Dios), sobresalen dos contradicciones. Recuerden que cuando se presentan éstas, nos es porque Dios sea contradictorio, sino porque quien está leyendo ese pasaje, lo hace en forma equivocada y generalmente estas contradicciones son indicios de un mensaje oculto importante.

 

¿Cuáles son estas contradicciones a las que me refiero en esta oportunidad? Y que a continuación las enumero:

 

1º) ¿Cómo puede ser que Cristo haya muerto si era un Dios?

 

2º) Cristo murió a las 3 PM de la tarde de un viernes y resucitó antes del amanecer del Domingo siguiente. Si consideramos como lo demostraré más adelante, que ese día amaneció a las 6 AM, nos da un máximo e hipotético posible de tiempo que Cristo permaneció muerto, de 39 horas y no las 72 hs. que representan los 3 días.

 

Planteado esto, empecemos a analizar la primera contradicción (la segunda la analizaré en el próximo artículo):

 

Un Dios por regla no puede morir, aun teniendo un cuerpo humano. Algunos podrán decir: Murió porque tenía que salvar nuestros pecados; pero esa no es una respuesta al por qué, sino al para qué. 

 

También un médico podrá decir que Jesús murió a causa de una descompensación total, a causa de las graves heridas recibidas, que le produjo finalmente un paro cardio-respiratorio; pero esa es simplemente una respuesta a cuál fue la razón material o física que produjo su deceso.

 

Para entender a dónde quiero llegar, hay que hacerse la siguiente interrogación:

 

¿Cuál fue la causa metafísica o para ser más preciso, la razón mental o sentimiento que produjo en consecuencia dicho desenlace?

 

Si cada uno de ustedes pudiera y quisiera viajar no en cuerpo, sino en espíritu casi 2000 años hacia al pasado, justo 10 segundos antes de que falleciera Cristo y se ubicaran flotando en el aire (en espíritu, recuerden) frente a Jesús, mientras abajo está el soldado romano que en pocos segundos le abrirá el costado con una lanza y en ese instante sin que nadie los percibiera, salvo Cristo, le preguntaran a Él con el pensamiento:

 

¿Qué sentimiento estás teniendo en este momento en tu mente? Y yo no tengo ninguna duda, que él les respondería: 

 

“En la Biblia se encuentran todas tus respuestas”

 

Ahora dejemos este imaginario encuentro y volvamos al presente, a este instante y analicemos esto.

 

Por regla un Dios es inmortal, porque vive de milagro en milagro, consecuencia de lo que yo llamo una protección Divina y la excepción a la regla, es la muerte.

 

Mientras que con el hombre sucede lo opuesto, éste último vive con la posibilidad de morir de un segundo al otro, sí es que la muerte se presenta a buscarlo; pero en esta situación de vida, hay una excepción que se puede presentar al momento que la muerte hace su aparición y ésta se llama “milagro”.

 

Para entender por qué pudo morir Jesús, voy a demostrarlo explicando, por qué un hombre cualquiera puede sobrevivir a una muerte segura: Como dije en el anterior párrafo, esto puede suceder cuando se produce un milagro; ahora empecemos a interiorizarnos cuándo se produce un milagro y lo que es más importante por qué:

 

Se entiende por milagro un hecho que sucede imprevistamente y evita la muerte de una persona, cuando todas las señales indicaban que su muerte era irreversible; llámese por consecuencia de una enfermedad terminal, un accidente, un acto violento o cualquier otro que se les pueda ocurrir.

 

Recién expliqué cuándo se considera que se produce un milagro, pero ahora veremos qué es el que lo motiva.

 

Un milagro se produce por la combinación de dos circunstancias que se dan al unísono y generalmente en forma inconsciente. Respecto a esto último, aclaro que no sé si en forma consciente también se puede ejecutar de la misma manera.

 

Esas dos circunstancias a que me refiero son:

 

Ejecutar un acto de amor hacia el prójimo.

Y aceptar a la muerte sin miedo, cuando ésta se presenta.

 

Ahora explicaré un caso posible para que se entienda: 

 

Si un hombre se resiste a un asalto a mano armada cuando está por ingresar a su hogar, para evitar que los delincuentes entren a su vivienda, dejando de esta manera a salvo a su familia que se encuentra adentro; éste sería un acto de amor. 

 

Es decir, una persona sabiendo que su acción puede casi con seguridad terminar con su vida, lo hace de todas formas por el amor hacia el otro/s.

 

Y esta misma persona que presiente la muerte, que vino a buscarlo, en vez de temerla y rechazarla, la acepta hasta con una sonrisa en la boca, sabiendo que su familia quedó a salvo en su hogar.

 

Uno a veces cuando no sabía cuál era la forma de funcionar de los milagros, pensaba que si sucedía era porque Dios había salvado a esa persona por algo en particular.

 

Sin embargo, ahora vemos que eso acontece por la acción de la misma persona, quien en forma inconsciente ejecutó ese poder que si bien es de Dios, se nos permite utilizarlo en la medida en que sepamos hacerlo.

 

Hasta aquí expliqué, cuándo se produce esa excepción que evita la muerte en un ser humano común; pero qué es lo que produce el efecto contrario en un Dios y en particular en Cristo, quien lo sabe todo.

 

Cristo como hijo de Dios, le fue entregado un cuerpo como todo ser humano, con la salvedad que Dios le quitó esa protección Divina cuando estaba en la cruz.

 

Ahora ustedes se pueden preguntar: ¿cuál es esa protección? Y como consecuencia de ello ¿qué fue lo que sucedió que permitió a la muerte ingresar en su mente?

 

Lo que sucedió es lo que les pasa a todos los hombres desde que nacemos. Cristo nació y al nacer su “Ego” nació con él, con la salvedad que a diferencia de todos nosotros, el Ego no podía atacarlo con malos pensamientos, o en todo caso estos no se podían hacer carne en Jesús.

 

Los malos pensamientos nos producen odio, resentimiento, dolor, pero principalmente temores y miedos. Y en el caso de la presencia de la muerte ese temor crece exponencialmente y permite a ésta realizar su trabajo.

 

Cristo no murió como consecuencia de las heridas físicas, sino como resultado de los sentimientos de temor y miedo hacia la muerte, que lo invadieron cuando estuvo en la cruz en esas últimas horas.

 

Sentimientos que durante los 33 años de su vida nunca había experimentado, sin embargo en ese momento Dios le quito esa protección Divina y el Ego lo atacó seguramente con todo su poder, enviándole todo tipo de pensamientos malignos.

 

Por esa razón Cristo pronunció lo que dijo según el Evangelio de San Marcos, en 15,34:

 

34- y a esa hora Jesús gritó con voz potente: “Eloí, Eloí, lammá sabactani”, que quiere decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

 

Es decir, Cristo no pudo soportar el temor que le produjeron esos pensamientos negativos que el Ego le envió y como consecuencia de las heridas sufridas la muerte apareció y Él sintió como hombre en carne, temor y la misma ejecutó su mandato.

 

Ahora ustedes se preguntarán ¿cuándo le invadieron esos pensamientos negativos? Y la respuesta está según el Evangelio de San Lucas en 23,44:

 

44- Hacia el mediodía se oculto el sol y todo el país quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde.

 

En este versículo por medio de simbolismos se representa con las tinieblas, el territorio de los malos pensamientos. En un ser humano común es toda nuestra vida, en Cristo duró esa “invasión” tres horas.

 

Y por qué duro tres horas, de las seis que estuvo crucificado; recuerden lo que dice el Evangelio según San Marcos en 15,25:

 

25- Eran como las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.

 

Esa agonía final de tres horas, es porque con ella como en muchos pasajes de la Biblia, se está representando las tres etapas (al principio yo las llamaba negativas) de aprendizaje, para después recién llegar a la cuarta, donde comprendemos cómo aplicar correctamente los conocimientos que nos vierte este libro Sagrado (ver el artículo titulado “Nº 50 - Entenderla y no comprenderla”).

 

Otros de los pasajes donde se trasmite este mismo mensaje, son las tres caídas que sufre Jesús con la cruz o las tres negaciones hechas por Pedro entre muchas otras.

 

Entonces finalizando, vemos que Cristo murió aún siendo un Dios, porque como hombre sufrió durante tres horas, de la invasión de los pensamientos negativos que el Ego le enviaba.

 

Y si bien en su muerte se estaba produciendo uno de los dos elementos necesarios para producir un milagro (realizar un acto de amor), le faltó la segunda parte, que era la aceptación de la muerte y la carencia de temor hacia la misma. 

 

Esta última supongo, producida por una combinación de la falta de experiencia de sufrir esa avalancha de pensamientos negativos y no poder soportar los mismos en ese preciso momento.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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