102) LEY DE LA ATRACCION - Resucitó al tercer día (Parte 3)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en tres partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 3:

 

Aquí nuevamente tenemos que dejar de lado nuestra costumbre moderna de hablar sobre el tiempo y considerar cómo lo hacían hace 2000 años.

 

Según mi interpretación, cuando se dice “tres días” no se refiere a días corridos, sino a “tramos” de tres días; es decir, en esos versículos cuando se nos dice que Jesús permaneció muerto tres días, se está diciendo que estuvo en esa condición (según mis cálculos) 9 horas del viernes, 24 horas del sábado y 6 horas del domingo.

 

Sin embargo, si nos remitimos a los siguientes versículos, veremos que se presenta una segunda contradicción que literalmente no la podemos destruir, sino entendiendo su verdadero significado.

 

Me estoy refiriendo a lo dicho por Jesús, según el Evangelio de San Mateo, en 12,40:

 

40- Porque del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.

 

Aquí Jesús a modo de profecía, anticipaba que iba a estar en el sepulcro tres días y tres noches.

 

Lo de los tres días está explicado más arriba, sin embargo por más que le demos vueltas literalmente habla de tres noches y efectivamente Cristo sólo estuvo en el sepulcro dos noches, la noche del viernes y la noche del sábado.

 

Entonces si ello no se condice con la realidad ¿qué se quiere decir con tres días y tres noches?

 

Para responder la anterior pregunta, veamos qué se representa con la palabra día y con la palabra noche en otras partes de la Biblia:

 

En Génesis 1,4-5 leemos:

 

4- Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas.

5- Dios llamó a la luz “Día” y a las tinieblas “Noche”.....

 

En estos dos versículos se define la oposición entre el día y la noche; siendo una la luz y la otra las tinieblas y como ya he interpretado en anteriores artículos, ésta es la forma de denominar a los pensamientos:

 

PENSAMIENTOS POSITIVOS = Luz = El día

PENSAMIENTOS NEGATIVOS = Tinieblas = La noche

 

Entonces aquí es cuando se comprende el verdadero significado que se nos quiere trasmitir con la expresión, “tres días y tres noches”. El mensaje es:

 

  • Cristo permanece dentro del sepulcro 30 horas = Las 3 etapas de aprendizaje. Luego viene la cuarta donde se efectivizan nuestros deseos.

  • Dentro del sepulcro convive con los pensamientos negativos y positivos = Los 3 días y 3 noches.

  • El sepulcro representa nuestra mente.

  • Esas tres etapas se van reconociendo en la superación de las mismas a lo largo de nuestra vida, en la medida que avanzamos en nuestro conocimiento y comprensión; sin embargo estos tres períodos los recorremos también varias veces durante el mismo día, cada vez que se nos van cumpliendo o no, consciente o inconscientemente, nuestros deseos.

 

Hasta aquí yo le había encontrado sentido a casi todos esos “períodos de tiempo”, que se sucedieron desde el día de la crucifixión hasta la resurrección de Cristo.

 

Sin embargo, había algo que no me cerraba inicialmente. Con un primer cálculo yo había llegado a la conclusión, de que Cristo había permanecido muerto 39 horas.

 

Ahí yo me había dicho: Le pifie por muy poco, porque 39 no era un número Bíblico, en sí no representa nada. Diferente hubiera sido si daba redondo 40; pero por más que lo analizara, efectivamente los números decían 39 horas de muerto.

 

Entonces, ¿qué quería decir ese 39? Al desarrollar en mi mente los tramos de los períodos de esos días, no le encontraba sentido, hasta que me acordé y apliqué la misma técnica utilizada en el artículo titulado “Nº 95 - Las Pascuas y el renacer”.

 

Si bien en ese artículo que indico, no especifiqué la utilización de esa “técnica”, la misma es escribir en papel a lo largo de una línea los períodos que vamos detectando y analizarlos no sólo con la mente, sino con la vista.

 

Al hacer esto con esos períodos de tiempo que estoy estudiando en este artículo, me di cuenta que al número 39 lo estaba viendo en forma equivocada.

 

Lo veía como un sólo número y en realidad el mismo era la composición de dos números distintos, que separados cada uno de ellos tenían vida propia. Veamos:

 

Cristo permanece muerto 39 horas. De ese período, 9 horas son las que permanece por llamarlo así, “al aire libre” y 30 horas las que permanece encerrado (con la roca ya corrida) en el sepulcro.

 

Y aquí volví a utilizar la otra técnica empleada también en el artículo titulado “Nº 95 - Las Pascuas y el renacer”:

 

Cuando analicé esas 39 horas comprendí que, las 30 horas representan la vida del hombre y que la resurrección de Cristo, representa el nacimiento de cada uno de nosotros; entonces haciendo el análisis inverso, me fui al comienzo de ese período de 30 horas y me dije:

 

Sí el comienzo de las 30 horas representan el nacimiento del hombre, ¿qué está representando las 9 horas previas?

 

En este artículo había traído a colación ya varias veces el artículo “Las Pascuas y el renacer”, así que fue automática la respuesta al interrogante que me planteé:

 

Esas 9 horas representan los 9 meses de gestación del feto humano, con lo cual aquí estoy respondiendo el significado que había dejado pendiente, sobre este período de tiempo expresado en el artículo precedente a este.

 

Hasta aquí la interpretación que hice de esos períodos de tiempo, que identifiqué por medio del análisis de todos los versículos que describen la Pasión y resurrección de Cristo.

 

Pero como siempre vengo diciendo, la misma información se va repitiendo en otras partes de la Biblia; y así fue que mientras buscaba en Google en qué parte de la Biblia se utilizaba la expresión hora tercera o 3 de la tarde, lo mismo que con la novena (para entender cómo se media en esa época las horas del día), apareció una página web donde citaba versículos que ¡oh casualidad!, hablaban exactamente de lo que yo en ese preciso momento estaba investigando, pero trasmitiendo ese mismo mensaje en forma encriptada.

 

Esos mismos versículos ya los había leído en otras oportunidades y no me habían dicho nada, salvo la contradicción que trasmitían. Me estoy refiriendo a lo expresado por Jesús según el Evangelio de San Mateo, en 20,1-16.

 

Versículos que trascribiré a continuación, aclarando previamente que intercalaré tanto en medio del texto de algunos versículos o al final de otros, mis comentarios, para que se entiendan las traducciones que iré realizando, poniendo mis interpretaciones entre paréntesis y en letra no cursiva, para diferenciarlos del texto bíblico propiamente dicho. No solo identificando esos períodos de tiempo (en color azul), sino también interpretando los mensajes que se nos quiere trasmitir con ellos:

 

Los trabajadores de la viña

 

1- Aprendan algo del Reino de los Cielos. Un propietario (El hombre) salió de madrugada (6 de la mañana)a contratar trabajadores (pensamientos) para su viña (la mente humana).

2- Se puso de acuerdo con ellos para pagarles una moneda de plata (un deseo) al día, y los envió a su viña. (la mente humana)

3- Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana (9 hs., hora de la crucifixión), y al ver en la plaza a otros que estaban desocupados,

4- les dijo: “Vayan ustedes también a mi viña (la mente humana) y les pagaré lo que sea justo.” Y fueron a trabajar (convertir los pensamientos negativos en positivos).

5- Salió otra vez al mediodía, (12 hs, hora de inicio de la agonía de Cristo en la cruz) y luego a las tres de la tarde (15 hs., hora en que fallece Jesús), e hizo lo mismo..

6- Ya era la última hora del día, la undécima (23 hs., esta hora lo interpretaré al final), cuando salió otra vez y vio a otros que estaban allí parados. Les preguntó: “¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada?”

7- Contestaron ellos: “Porque nadie nos ha contratado.” Y les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viña.”(la mente humana)

8- Al anochecer (24 hs., hora en que se cierra el sepulcro), dijo el dueño (el hombre) de la viña (la mente humana) a su mayordomo (el Espíritu Santo): “Llama a los trabajadores (los pensamientos) y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros.”

9- Vinieron los que habían ido a trabajar a última hora, y cada uno recibió un denario (una moneda de plata).(un deseo)

10- Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir más, pero también recibieron cada uno un denario.(un deseo)

11- Por eso, mientras se les pagaba, protestaban contra el propietario. (el hombre)

12- Decían: “Estos últimos (pensamientos) apenas trabajaron una hora, y los consideras igual que a nosotros, que hemos aguantado el día entero y soportado lo más pesado del calor.”

13- El dueño contestó a uno de ellos: “Amigo, yo no he sido injusto contigo. ¿No acordamos en un denario (un deseo) al día?

14- Toma lo que te corresponde y márchate. Yo quiero dar al último lo mismo que a ti.

15- ¿No tengo derecho a llevar mis cosas de la manera que quiero? ¿O será porque soy generoso y tú envidioso?”

16- Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos.”

 

De la misma manera que a ustedes les sobresale del texto anterior esas 6 horas bien definidas, porque yo se los resalté de color azul, a mí me pasó exactamente lo mismo cuando lo leí; inmediatamente “esas horas” sobresalieron en mi mente, relacionándolas con las mismas horas de la Pasión y Resurrección de Cristo.

 

Sin embargo había una hora que yo no la había identificado, porque en los versículos de la Pasión no estaba definida, por lo menos a simple vista. Me estoy refiriendo a la hora en que Cristo fue ingresado al sepulcro.

 

Cuando leí los versículos de “Los trabajadores de la viña”,me di cuenta que esa sexta hora definida (las 11 hs. de la noche), era el dato que justamente me estaba indicando el momento en que Cristo era ingresado al sepulcro:

 

6- Ya era la última hora del día, la undécima

 

Este versículo además de lo que me estaba diciendo, que analizaré más abajo; estaba trasmitiéndome que era correcta la forma en que yo había considerado, cómo medían en esa época la duración del día (el comienzo de las 11 hs de la noche era la última hora del día, independientemente de que hubiera anochecido 3 ó 4 horas antes).

 

Ahora fuera de ese dato histórico (la hora exacta en que sucedió esa circunstancia), ¿Qué se nos quiere trasmitir en realidad con las 23 hs? Veamos:

 

Si las nueve horas que sucedieron a la muerte de Cristo, representan los 9 meses de gestación del hombre. Las 23 hs (la hora octava desde la muerte de Cristo) estaría representando el mes octavo desde el momento de la concepción de cada ser humano.

 

Si esto es así, entonces ¿A dónde ingresa la mente humana a partir del octavo mes de gestación? O tal vez, me debería hacer en realidad esta otra interrogación:

 

¿Qué ingresa a la mente humana a partir de ese octavo mes?

 

Si bien tengo una hipótesis para dar una respuesta a ese interrogante, lo dejaré para el futuro, después de realizar un estudio más profundo de esa premisa que está flotando en mi cabeza.

 

Hasta aquí conformé un análisis del significado de las horas y de la traducción de ciertas palabras; pero ¿Cuál es la enseñanza que se nos quiere trasmitir con estos versículos?

 

Nuestro trabajo es el de convertir nuestros pensamientos negativos en positivos; cuanto más arraigados (más tiempo) estén dichos pensamientos, más nos costará convertirlos en positivos. Ahí es donde está la enseñanza del final de estos versículos:

 

No importa cuánto tiempo hace que se nos formaron esos pensamientos negativos, la paga para todos los casos (luego de convertirlos en positivos) será la misma, el cumplimiento del deseo que hayamos solicitado, consciente o inconscientemente.

 

Los primeros (que primero aparecen) son los pensamientos negativos, los últimos (que aparecen) son los pensamientos positivos. Ahí es cuando haciendo la lectura correcta desaparece esa contradicción de esa parábola (los que más laburan reciben la misma paga que los que menos horas trabajaron).

 

Es decir, la expresión “los últimos serán los primeros”, quiere trasmitirnos que los pensamientos positivos aparecen a lo último y son los primeros en ingresar al Paraíso (a la mente subconsciente).

 

Luego cuando esos pensamientos ingresan a la mente subconsciente, el Espíritu Santo escucha en ese momento nuestro pedido y cumple con el deseo solicitado.

 

Ahora cuáles son específicamente esos pensamientos positivos, que preceden al cumplimiento de nuestros deseos, ello ya es tema de otro artículo.

 

Como pueden ver no sólo en estos versículos analizados, sino en muchísimos otros, siempre se nos trasmite un proceso espiritual de:

 

  • Gestación

  • Nacimiento

  • Desarrollo (40 años, cuatro etapas) y

  • Llegada

 

Y en el caso de los versículos que analicé en el anterior artículo y que específicamente vuelvo a trascribir:

 

Como pueden ver el evangelio de San Marcos dice “llegaron al sepulcro, apenas salido el sol”, mientras que en el de San Juan dice “fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro”

 

Encontré en dicho análisis, además de que “el amanecer” estaba definiendo la hora de la resurrección de Cristo, algo “más”. Veamos:

 

Si el comienzo del día es nuestro nacimiento en carne, y la noche es la llegada (muerte no sería correcto llamarlo), ¿qué estaría representando el amanecer?, ese período de tiempo que todavía no dejó de ser noche, pero tampoco comenzó a ser el día.

 

Ahí me di cuenta nuevamente que el amanecer representa el momento previo al nacimiento, la gestación.

 

Entonces yo me hice un interrogante, después de plantear las siguientes premisas:

 

Según estudios realizados por otras fuentes, Cristo pudo haber resucitado en Jerusalén durante los primeros días de abril.

 

Por otra parte, si el amanecer de hace casi dos mil años nos estaría representando la gestación de lo que sería el nacimiento del Cristianismo; el amanecer durante ese día específico, tiene que haber durado 9 minutos (9 meses) o 40 minutos (40 semanas), que son los números que representan al período de gestación del hombre (habría una tercer opción que es la representada por los 42 meses de la duración del ministerio de Jesús, que por ahora la descarto).

 

Si considero que Jerusalén está cerca del Ecuador, donde los amaneceres son más cortos, debería inclinarme por la primera opción.

 

Suponiendo que el amanecer en Jerusalén, en los primeros días del mes de abril, está cercano en la actualidad a los 9 minutos, entonces ahí surge el interrogante del que hablo más arriba:

 

La combinación del día en que amanece exactamente a las 6 hs., con la duración del amanecer de ese mismo día, cuya extensión es exactamente de 9 minutos (o en su defecto 40), ¿sólo pudo producirse una sola vez en estos dos mil años trascurridos?

 

Yo no tengo los conocimientos ni herramientas matemáticas, para realizar los cálculos astrológicos, para saber en qué momento de la historia se produce exactamente esa combinación.

 

Esa pregunta la trasmití hace como dos semanas a un centro de estudio astrológico, pero hasta el momento no tuve respuestas.

 

Si mi hipótesis fuera correcta, podríamos entonces con esa información que la Biblia nos está trasmitiendo, saber el día exacto en que sucedió la resurrección de Cristo. Pero lamentablemente por ahora no tengo la forma de verificar esta hipótesis.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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