148) LEY DE LA ATRACCION - Revelación de Jesucristo (Parte 2)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en cinco partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 2:

 

Ahora continúo con la interpretación del versículo 7:

 

7- Miren, viene entre nubes; lo verán todos, incluso los que lo traspasaron, y llorarán por su muerte todas las naciones de la tierra. Sí, así será.

 

Cuando se dice que Jesús “viene entre nubes”, se nos está informando que Cristo viene dentro del saco amniótico, es decir viene dentro de cada útero materno, toda vez que el óvulo ya fue fecundado.

 

Por otra parte cuando este versículo expresa, “llorarán por su muerte”; con esa frase se está diciendo que llorarán por su nacimiento, (recuerden que cada vez que nosotros venimos a la Tierra no estamos naciendo, sino muriendo).

 

Y luego concluye, que por su muerte quienes llorarán serán “todas las naciones de la tierra”.

 

Al principio tratando de interpretar este versículo, yo me encontraba confundido y sabiendo que el óvulo representa a Cristo, me preguntaba: ¿Al citar “llorarán por su muerte”, no se estará refiriendo a cuando las mujeres tienen la menstruación y por lo tanto Cristo muere al derramarse el óvulo?

 

Sin embargo cuando profundicé el análisis pude desentrañar el interrogante. Yo sabía que con la palabra “naciones” se está representando a la mente del ser humano; y me di cuenta que al decir “de la tierra”, no se estaba refiriendo en forma genérica al ser humano, sino a la mujer en particular y a la mujer embarazada específicamente; recuerden la frase tan conocida “la madre Tierra”; que es la que en definitiva me dio la respuesta.

 

Es decir, aquí se nos está diciendo que todas las mujeres embarazadas llorarán al parir al mismo Jesús.

 

¡Exacto!, con la interpretación que logré realizar me di cuenta que cada vez que una mujer da a luz, está naciendo Jesús nuevamente; es decir cada uno de nosotros somos literalmente en sangre y cuerpo Cristo (esto es cierto tanto para una mujer como para un hombre).

 

En referencia a esto cito también el Evangelio según San Mateo en 8,17:

 

17- Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.


Mientras que cuando regresamos al Paraíso (cada vez que morimos carnalmente) también nos convertimos Cristo en Espíritu.

 

Y lo anterior sucede (reconocemos que somos Cristo también en Espíritu), porque ya el conocimiento total de la mente subconsciente viene a nosotros, al dejar momentáneamente a la mente consciente que quedó en ese cuerpo carnal que dejamos al morir; ya que la mente consciente es esa “prisión” en la cual Satanás nos tenía encerrados bajo un engaño.

 

Ahora, ¿cómo se entiende que todos somos Cristo?; porque en realidad no somos Cristo repetido infinidad de veces, sino que cada uno de nosotros somos una parte pequeña de esa totalidad única que es Cristo.

 

De la misma manera que el óvulo cuando es fecundado (se convierte en cigoto), y comienza sistemáticamente un proceso de división celular (mitosis), donde la primer célula se divide en dos, luego en cuatro, en ocho y así sucesivamente (blastómeros); y donde cada una de las células que quedarán determinadas al final de este proceso, representarán a una parte específica del cuerpo de ese nuevo ser que comenzará a desarrollarse. Es decir se dividirá en la cantidad de células que tiene todo ser humano.

 

Fuentes consultadas:

http://es.wikipedia.org/wiki/Cigoto

http://semanas.elembarazo.net/el-cigoto-o-zigoto.html

 

De la misma forma sucede con esa división de Cristo; cada vez que morimos volvemos a esa única fuente de vida que es Cristo y cada vez que un nuevo ser nace, Cristo vuelve a dividirse (al igual que el óvulo).

 

Esa división cada vez es de mayor magnitud (el aumento constante de la población mundial).

 

Por otra parte cada vez que morimos, luego reencarnamos nuevamente en otro cuerpo con una porción más pequeña de Cristo (por denominar este proceso de alguna manera racional); ya que Cristo se vuelve a dividir en mayor cantidad de personas.

 

Esto último permite entender el concepto de la reencarnación en un proceso multiplicador; ya que si cada uno de nosotros fuera una reencarnación sucesiva del mismo espíritu, cómo se entendería de dónde saldrían los nuevos espíritus, ya que cada vez se necesitan más cuerpos para ser ocupados por esos espíritus.

 

O si lo planteamos a la inversa, cuando la población mundial era de sólo 1.000.000 de personas, dónde estuvieron durante todo este tiempo los 7000 millones (de espíritus) de personas que se calcula que es la población actual.

 

Vean entonces como todo empieza a tener sentido; recuerden lo que escribí en el anterior artículo respecto al versículo 4:

 

Aquí es una de esas primeras pistas que recibimos en cuanto a esa gran revelación. Dice respecto a Jesucristo: “Aquel que es, que era y que viene”. Y esto sucede todo en nuestro cuerpo dentro de ese ciclo interminable de muerte y resurrección.”

 

Es decir Cristo nace, vivió y vivirá continuamente porque nace en cada ser humano, desde el primer nacido hasta el último hombre que todavía no nació.

 

Y vuelvan a leer el versículo 6 donde ya expresé lo que quiere decir con “por su sangre nos ha purificadode nuestros pecados”. Pero en ese mismo versículo dice además:

 

haciendo de nosotros un reino y una raza de sacerdotes de Dios, su Padre.”

 

Esto último nos está expresando que descendemos directamente de Cristo (“por su sangre nos ha purificado”) no por una cuestión genealógica, porque si Cristo hubiese tenido descendencia carnal (dada la población de ese momento), esta supuesta descendencia jamás llegaría al día de la fecha ni siquiera al 1% de la población mundial.

 

Esa frase dice que todos descendemos de Cristo porque como ya lo dije más arriba, somos su misma carne y sangre.

 

Y ahora recapitulando (para que vean cómo fui atando cabos sueltos), les transcribiré parte del texto que escribí en el artículo titulado “Nº 136 - Los doscientos millones de soldados (Parte 7)”:

 

¿Cómo me di cuenta que el óvulo representa al fruto del árbol de la vida?

 

Para responderles ello transcribiré parte de una mail que le mandé a Ernesto (un escritor-investigador avanzado) con fecha 26 de noviembre de 2010, donde doy cuenta justamente de ello:

 

A lo que me refiero es que en primera instancia hace unos meses atrás tomé la Biblia y leí la parte del Apocalipsis donde habla de los árboles que hay al costado del río de agua de la vida y del fruto que estos dan. Tratando de descifrar qué significaba, siempre me quedaba con ese interrogante en la mente (a lo largo de distintos días hacía lo mismo, volvía a tomar ese fragmento y lo releía).

 

Y como dije al principio, una semanas atrás mi señora me comentó ese día que se sentía mal porque estaba indispuesta; y esa noche cuando me fui a dormir, como a los dos de la mañana me desperté y me vino a la mente lo que mi esposa me había dicho (la menstruación), e inmediatamente sin que hubiese sido mi intención relacionar, también me vino a la mente el fragmento del Apocalipsis que cité más arriba; entonces ahí comprendí que los árboles que dan fruto cada doce veces, son los ovarios da las mujeres y los frutos los óvulos. Lo que todavía ignoro, es a que se refiere con las "hojas", que son el remedio de las naciones.

 

Por otro lado no sé por qué, pero relaciono la menstruación como la sangre que se derrama de Cristo.

 

En realidad esas dos relaciones que me vinieron a la mente no me sirven a mí por ahora en nada, pero tal vez a usted sí. Saludos, Walter.”

 

NOTA 1: En esta carta-mail habrán notado, que hice un razonamiento lineal (equivocado), al concluir que si el óvulo de la mujer es el fruto, por consecuencia los ovarios son el árbol.

 

Lo que quiero decir es que la función fisiológica del cuerpo humano, no tiene nada que ver con la función metafísica del mismo; la única relación es que, esta última se apoya en la primera para hacernos ver esa información, que permanece oculta en la Biblia a simple vista.

 

NOTA 2: Cuando también cito que puede haber una posible relación entre la menstruación y la sangre que se derrama de Cristo, este es un tema que dejaré para el futuro, cuando encuentre más información que me permita profundizar esta pista y ver si es una premisa verdadera o falsa. (El día anterior a subir a la Web este artículo, encontré dicha respuesta, pero de ello hablaré más adelante cuando publique la interpretación del primer capítulo del Apocalipsis).”

 

Es decir, en ese momento tuve la intuición que la menstruación era la sangre que se derrama de Cristo; o sea, cada vez que el óvulo no es fecundado se reedita la muerte de Cristo. Y todo ello lo pude verificar con el presente artículo.

 

Pero todas estas pistas y cabos sueltos no terminan ahí; cuando interpreté que el capítulo 9 del Apocalipsis está hablando del sistema reproductor masculino, intuí por su lectura, que el capítulo que le precedía (Nº 8) podría estar hablando del sistema reproductor femenino (a esto último todavía no le puedo dar certeza porque sigo investigando).

 

Y a tal efecto, buscando en Google bibliografía sobre el sistema reproductor femenino, encontré una información sorprendente que en ese momento no me dijo nada, pero que ahora me sirvió para terminar de interpretar el capítulo que les estoy transmitiendo.

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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