164) LEY DE LA ATRACCION - La nueva Jerusalén (Parte 1)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en once partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 1:

 

En esta ocasión primero les transcribiré del Apocalipsis, el capítulo 21, versículos 1-27, para después comenzar a interpretarlos:

 

21- El Cielo nuevo y la Tierra nueva/La nueva Jerusalén

 

1- Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar no existe ya.

2- Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.

3- Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos;

4- él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.»

5- Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»

6- Y añadió: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de la vida.

7- Esa será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él y él será hijo para mí.

8- Pero para los cobardes, los renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre, que es la segunda muerte.»

9- Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas y me dijo: «Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.»

10- Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios,

11- envuelta en la gloria de Dios. Resplandecía como piedra muy preciosa con el color del jaspe cristalino

12- Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.

13- Tres puertas dan a oriente y otras tres miran al norte; tres puertas al sur y otras tres al poniente.

14- La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres de los doce Apóstoles del Cordero.

15- El ángel que me hablaba tenía una caña de medir de oro, para medir la ciudad, las puertas y la muralla.

16- La ciudad es un cuadrado: su longitud es igual a su anchura. Midió la ciudad con la caña, y tenía doce mil estadios. Su longitud, anchura y altura son iguales.

17- Midió después la muralla, y tenía ciento cuarenta y cuatro codos de altura. El ángel usaba las mismas medidas que nosotros.

18- La muralla está hecha con jaspe y la ciudad es de oro puro, como cristal.

19- Las bases de la muralla de la ciudad están adornadas con toda clase de piedras preciosas: la primera base es de jaspe; la segunda, de zafiro; la tercera, de calcedonia; la cuarta, de esmeralda;

20- la quinta, de sardónica; la sexta, de sardio; la séptima, de crisólito; la octava, de berilio; la novena, de topacio; la décima, de crisopraso; la undécima, de jacinto; la duodécima, de amatista.

21- Las doce puertas son doce perlas, cada puerta está hecha de una sola perla. La plaza de la ciudad está pavimentada con oro refinado, transparente como cristal.

22- No vi templo alguno en la ciudad, porque su templo es el Señor Dios, el Todopoderoso, y el Cordero.

23- La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

24- A su luz caminarán las naciones, y los reyes de la tierra llevarán a ella sus riquezas.

25- No habrá que cerrar sus puertas al fin del día, ya que allí no habrá noche.

26- Traerán a ella las riquezas y el esplendor de las naciones.

27- Nada manchado entrará en ella, ni los que cometen maldad y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero.

 

Este capítulo se asemeja entre otros, al capítulo 1º del Apocalipsis, por utilizar simbologías del Sistema Solar, para trasmitirnos sus mensajes, explicándonos cómo el cuerpo humano influye en el comportamiento de nuestra mente.

 

Del capítulo que les interpretaré en esta ocasión, hay 3 versículos que ya los había interpretado hace un año (sin haberlos hecho público hasta ahora), cuando estaba leyendo el libro de biología de mi hijo para poder comprender justamente el capítulo 1º del Apocalipsis, me estoy refiriendo al libro titulado CIENCIAS NATURALES 1 / Ediciones Santillana / 2009.

 

Esos tres versículos que se los transcribo a continuación, los pude interpretar al ver ese dibujo del libro, donde se mostraba al Sol y la posición de la Tierra durante las cuatro estaciones del año. A continuación debajo de cada uno de estos versículos, les indico mi interpretación y un enlace donde podrán ver una imagen similar al del libro de mi hijo:

 

Fuente de consulta:

http://web.educastur.princast.es/proyectos/formadultos/unidades/latierra/c_tres_paginauno.htm

 

12- Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.

 

Aquí nos está nombrando los doce meses del año.

 

13- Tres puertas dan a oriente y otras tres miran al norte; tres puertas al sur y otras tres al poniente.

 

Mientras que en este versículo agrupa de a tres cada conjunto de meses, porque se está refiriendo a las cuatro estaciones del año.

 

21- Las doce puertas son doce perlas, cada puerta está hecha de una sola perla. La plaza de la ciudad está pavimentada con oro refinado, transparente como cristal.

 

Y en este otro, nos indica que las perlas son “La Luna”. Y la plaza de oro representa al Sol y transparente como cristal se refiere a la luz que emite el Sol.

 

Vean cómo La Luna es la puerta que nos permite ingresar a la “ciudad” y cómo esto se relaciona con los artículos titulados “Nº 162/163 - La influencia de la Luna”.

 

Mientras que el resto de los versículos recién pude comprenderlos ahora, cuando volví a la carga sobre este capítulo y comencé a interpretar uno de los versículos por una medida que este contenía, gracias a otro artículo que escribí hace poco; me refiero al titulado “Nº 159 - El arca de Noé (Parte 2)”.

 

En dicho artículo llego a una conclusión sobre el versículo 15 del capítulo 6 del Génesis, que a continuación transcribo:

 

15- Deberás hacerla así: el arca tendrá ciento cincuenta metros de largo, treinta de ancho y quince de alto.

 

La conclusión a que hago mención, es que dicho versículo es una clasificación de la mente humana:

 

150: Es la mente Suprema (Dios)

30: Es la mente subconsciente (El Espíritu Santo)

15: Es la mente consciente (Cristo)

 

En ese artículo dije que comprendí que 150 representaba a Dios, por la relación del 10% con 15, gracias a lo que había escrito hace más de diez años en mi novela; pero lo que no expresé en ese momento, es que también me ayudó el relacionar el número 150, con la distancia del Sol a la Tierra (150.000.000 de KM) y siendo que con el Sol se identifica a Dios.

 

Lo anterior será el punto de partida que me permitió interpretar el versículo 16 del capítulo 21 del Apocalipsis.

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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