210) LEY DE LA ATRACCION - El despertar del soldado

Los últimos artículos me permitieron terminar de entender, lo que a lo largo de varios de mis post fui indicando en cuanto a nuestra misión en la Tierra:

 

Todo comenzó a partir de los nabos de Adán y Eva, que desobedecieron a Dios; ante dicha falta, Él los desterró del Paraíso y los mandó junto a Satanás a la Tierra, que en la Biblia no es otra cosa que el abismo o infierno (Ver el artículo titulado “Nº 129 - Los mil años y el abismo”).

 

Y lo hizo encarnando a Adán y Eva, pero ellos no eran hombre y mujer, sino mente consciente (Adán) y mente subconsciente (Eva); por ello Eva sería condenada a servir al hombre toda su vida.

 

Es decir ambos eran en definitiva parte de un mismo cuerpo, independientemente que estemos hablando de lo que conocemos racionalmente como mujer u hombre. Por ello en Génesis 2, 24 está escrito:

 

Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

 

Parte de todo esto lo escribí en el artículo titulado “Nº 57 - La pasión de Cristo”:

 

Cuando se dice que Cristo murió en la cruz por nuestros pecados, se está reemplazando en realidad a la palabra pecados por la palabra soberbia; es decir, el pecado original.

 

Cuando Adán comió del árbol del conocimiento inducido por Eva, la cual a su vez fue también inducida (por los malos pensamientos) por la víbora (el Ego), Adán cometió el pecado de querer saber todo lo que Dios sabía, queriéndose poner a su altura (la soberbia).

 

Entonces Dios lo desterró del Paraíso, creándole mentalmente la ilusión de la Tierra para que fuera a vivir a ella con su “Ego”, separándose de esta manera de Dios.

Para entender lo anterior hay que tomar a la Biblia como si fuera un libro autobiográfico de cada uno de nosotros, donde al olvidarnos lo que ya vivimos y viviremos (física cuántica), Él nos lo hace recordar con su Palabra y ejemplo.”

 

Después, cuando en su profecía Benjamín Solari Parravicini habla de la PRUEBA y que tenemos la posibilidad de superarla a los 40 años, logrando así nuestra evolución mental; la misma no es otra cosa que lo descripto por mí en el artículo titulado, “Nº 88 - ¿Ser rico o ser pobre? Parte 2”, donde digo:

 

Lucas 15,11-32, en donde se relata la vuelta del hijo pródigo. Y aquí aprovecho para explicar el verdadero significado de estos versículos:

 

El hijo que se va y abandona al Padre, no es otro que Adán, cuyo espíritu baja a la tierra atrapado en un cuerpo de carne (una irrealidad creada por la mente) producto de la separación ejercida por el Ego.

 

Luego este hijo se da cuenta de su error (generalmente alrededor de los cuarenta años) y vuelve a su padre. Aquí es donde el hombre se vuelve más espiritual y trata de llegar a esa conexión con esa inteligencia superior (Dios).”

 

Y posteriormente llegué a las siguientes conclusiones que transcribo más abajo, hablando de la mente consciente, la mente subconsciente y la relación de éstas con nuestra misión de luchar contra los pensamientos negativos, según lo expreso en el artículo titulado “Nº 113 - Mi mujer”:

 

Cuando Dios habla de Adán, está por medio de este simbolismo refiriéndose en realidad a la mente consciente y Eva no viene a ser otra que la mente subconsciente.

 

Por ello, refiriéndome a los sexos, no importa si una persona es macho o hembra, cada uno de ellos estará casado con una mujer (la mente subconsciente), también llamada “varona”; como a la mente consciente también se la denomina “varón”.

 

Al principio para no estar sola la mente consciente del hombre, Dios le creó la mente subconsciente y estas se alimentaban fácilmente de los pensamientos positivos; sin embargo al violar la prohibición de Dios de comer del árbol de la sabiduría, éste los expulsó del Paraíso y fueron encarnados.

 

Y como castigo, a la mente subconsciente la condenó a servir a la mente consciente, quien la dominará siempre.

 

Mientras que a la mente consciente la condenó a tener una mente maldita, donde le cueste conseguir los pensamientos positivos.

 

Ya he dicho en anteriores artículos, que el secreto de todo está en transformar los pensamientos negativos en positivos (esto fatiga mucho).”

 

Pero lo más importante que llegué a comprender, no es sólo cuál es nuestra misión en la Tierra, sino qué papel jugamos en esa misión. Nosotros, cada uno de nosotros, fuimos enviados por Dios para ayudar a la mente consciente a volver a Dios, conectándose por medio de la mente subconsciente; pero no una, ni mil o un millón de mentes conscientes (léase al mismo tiempo seres humanos), sino todos, ya que cada uno de nosotros, como las células de nuestro cuerpo, componemos sin saberlo una única mente colectiva.

 

Y para que esto último ocurra, debemos aprender a comprender cuál es el verdadero mensaje de la Biblia y que en definitiva ahí es cuando vuelvo a reiterar, el “PAPEL” que venimos a desempeñar y que lo adelanté en la serie de artículos, sobre las 10 plagas de Egipto; donde cada uno somos enviados por Dios para “aplastar a Satanás”; constituyéndonos así en verdaderos soldados.

 

Cuando nacemos carnalmente lo hacemos como “CORDEROS”, porque somos sacrificados por Dios (su único hijo) para salvar lo que conocemos como humanidad; luego a los 40 años (en la medida que nos demos cuenta) volvemos a nacer, pero ahora en Espíritu. Y en ese segundo nacimiento, que es lo que en la Biblia se conoce como la Segunda venida de Cristo, nos descubrimos ya como “LEONES”, donde ya no venimos “a traer Paz sino Espada”.

 

Por ello cuando nacemos, haciendo una analogía, Dios nos lanza a la Tierra en paracaídas, como un ejército que cae en territorio enemigo; y cuando tocamos tierra, al mismo tiempo que por el golpe, perdemos la memoria de quiénes éramos, Satanás nos descubre automáticamente y nos encarcela dentro de la mente consciente. Y ahí estamos encerrados como mínimo (para la mayoría de los seres humanos) durante 40 años, hasta que en algunos casos de tanto buscar, encontramos un lugar por donde escapar (la conexión espiritual por medio de la glándula pituitaria o tercer ojo).

 

Sin embargo luego de 2000 años, no solo comenzamos a escapar, sino que gracias a la “VERDAD” de la Biblia que comienza salir a la luz, nuestra amnesia va desapareciendo, dándonos cuenta de que no somos corderos, sino comandos cuya misión es destruir a Satanás.

 

Pero esa victoria sólo se conseguirá, no con la lucha de unos cuantos, sino con la unión y conocimiento de todos.

 

En mi caso mi función fue la de encontrar esas técnicas y procedimientos que me permitieron (con la ayuda del Espíritu Santo), comprender el idioma con que se escribió la Biblia e ir interpretándola versículo tras versículo; aunque todavía falta mucho por delante.

 

Y para lograr ese objetivo, hace falta alguien más que yo, que soy un simple soldado. De esa otra persona que hablo, me di cuenta quién era por una “coincidencia”; es también argentino y él se convertirá en el General que comandará el contraataque final.

 

Sin embargo ese hombre todavía lo ignora, pero cuando este conocimiento que estoy trasmitiendo le llegue y el Espíritu Santo le abra el corazón; esta persona con todo el poder que tiene, se encargará de difundir mundialmente la “VERDAD”, cumpliéndose en ese momento la profecía de Parravicini, e iniciándose los primeros pasos en busca de “la unificación de Iglesias”.

 

Y analizando ese papel que cada uno desempeñamos como soldados, me surgió una “coincidencia” respecto a mi nombre.

 

Según investigué, todos los nombres con los cuales nuestros padres nos designan al nacer, tienen un significado especial. Y ese nombre nos marcará de por vida en nuestra personalidad por las características o detalles que le acompañan. Investiguen con sus propios nombres y verán a qué me refiero.

 

Pero volviendo a mi nombre, encontré inicialmente la misma definición que de chico había visto.

 

WalterJefe del Ejército

 

Fuente de consulta: http://www.misabueso.com/nombres/nombre_walter.html

 

Así es que, de acuerdo al último descubrimiento que había hecho, respecto a que cada uno de nosotros somos un soldado; mi nombre me estaba diciendo que yo sería el ¿jefe de ese ejército?. Obviamente que esta conclusión no me cerraba, porque ya sea al escribirlo, leerlo o pronunciarlo, resultaba de mi parte (y ni hablar al leerlo ustedes), soberbio y pedante; y si hay algo que caracteriza a todo lo que tiene que ver con Dios, es la humildad.

 

Entonces ante esta contradicción que se me presentaba, yo me decía ¿qué estoy leyendo mal?. Así fue que volví a buscar la definición de mi nombre, pero en otras Web y encontré con lo que nunca me había topado:

 

WalterEl que lidera un ejército

 

Fuente de consulta:

http://www.tuparada.com/nombres/significado-del-nombre-walter/2659

 

Como ven, en la primer definición hablaba del “JEFE” y en esta otra pareciera que se refiere al “LIDER”; y digo pareciera, justamente para denotar esa sutil diferencia. Veamos:

 

Cuando se dice “JEFE”, indudablemente se está citando a alguien que manda por encima de los demás. Y si utilizamos la palabra “LIDER”, recordando que es la acepción más usada para la política, veremos entonces su semejanza con el sentido de autoridad de la primer palabra citada.

 

Sin embargo la definición (de ahí que digo la sutil diferencia), no habla de LIDER, sino que “LIDERA”. Y ahí es que empecé a entender esa disparidad.

 

Cuando la definición habla de liderazgo, no es referente a alguien que manda, como en la política, sino más bien aquel que lidera una caminata de amigos; es decir, el que lidera no lo es porque mande a los que vienen detrás, sino significa que lidera porque va adelante del pelotón de caminantes, el que está primero en esa caminata. Pero esto no implica que sea el jefe, ni siquiera el guía, ni mucho menos el mejor; va al frente simplemente por ser el primero, porque las circunstancias lo colocaron en ese lugar.

 

Y en mi caso, considerando los descubrimientos que hice, esa definición de mi nombre, me está diciendo que yo soy simplemente el primero (el que lidera) de todos esos soldados, que empiezan a darse cuenta de la VERDAD que está trasmitiendo la Biblia, al comenzar a leerla con otra mirada conceptual.

 

Por lo tanto esa “coincidencia” se produce sin contradicción, al verla con una mirada humilde y no soberbia.

 

Y para finalizar, llegará ese día en que, en vez de hablarles a través de un artículo, lo haré de pie frente a un auditorio; y en ese momento ni les vaya a pasar por la cabeza que me dirija a ustedes como “hermanos”; porque así llaman los que hablan de Paz, yo en cambio les vengo a hablar de cómo entrar en combate, y a esas personas solo se las puede denominar de una forma: ¡SOLDADOS!

 

Por ello ese “día”, dirigiéndome a los que estén frente a mí, como quien arenga a su tropa, les voy a interrogar:

 

¡SOLDADOS!: ¿Están ya preparados para ir al frente de batalla y ganar?

 

Y cada uno contestará, de las dos opciones posibles, la que considere con mayor validez.......

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde “la playa de las arenas argentadas, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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