Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en cinco partes, a continuación la Parte 1:
Antes de hablarles sobre la interpretación que hice de dicha profecía, voy en primer lugar, a comentar la situación que me llevó sin pensarlo, a investigar esta profecía:
Era el martes 23 de Junio de 2014, cerca del mediodía, era un día frío y soleado, yo había caminado algunas cuadras realizando una serie de trámites por el centro de Mar del Plata y recién había terminado con los mismos.
Si bien era un día frío, como caminé varias cuadras, había entrado en calor y me había sacado el pullover, quedando con un saco largo negro abierto, viéndose mi camisa blanca con la corbata; además de llevar unos anteojos negros para el sol.
¿Por qué hice esta descripción de cómo iba vestido?. Porque es la única razón por lo cual puedo llegar a comprender, que esa persona me eligió a mí como víctima de lo que me iba a ocurrir. Con esto quiero decir que al estar vestido así, parecía el típico ejecutivo como se los ve caminando por New York. Y dije “parecía”, porque de ejecutivo no tengo un carajo (lo digo así para que entiendan con claridad).
Entonces como dije, tal vez esa sea la razón, por la cual ese individuo que me iba interceptar en los siguientes metros, me consideraba erróneamente, que era alguien de mucha plata (aunque tal vez sí, estuviera viendo mi futuro).
Digo todo esto porque esa persona, sin que yo la hubiese provocado de mi parte de ninguna manera, me lanzó un insulto “muy particular”.
Antes que nada los voy a ubicar en tiempo y espacio. Como expresé, eran cerca del mediodía e iba de vuelta para mi oficina, caminando por la Av. Independencia, vereda impar (la misma de mi oficina, y a 6 cuadras de ella). Es decir caminando dirección sur-norte, y cuando llego a la esquina de 25 de Mayo, bajo el cordón para comenzar a cruzar la calle y ahí ocurre.
Esta es una esquina que al mediodía es bastante transitada, por ser una zona de Bancos. Yo no miraba al costado, solamente al frente para no llevarme por delante las personas que venían en dirección contraria.
Entonces desde mi derecha, una mujer la cual no la había visto, porque no estaba en mi trayectoria visual, que estaba a una distancia de tres metros y que llevaba en la mano un celular chico y antiguo (que demostraba sin estar mal vestida para nada, que no era por dicho celular, de tener plata), me larga un insulto.
La única razón lógica para poder entender dicha acción, es pensar que se sentía defraudada por la vida, por no tener dinero y eligió desahogarse con el primer boludo que se le cruzó, que pareciera que tuviera un muy buen pasar económico.
Hecho este preámbulo, ahora sí entro de lleno en la descripción del insulto propiamente dicho.
Así fue que yo comenzaba a cruzar la esquina de 25 de Mayo y Av. Independencia, y esta mujer de no más de 30 o 35 años de edad, desde la derecha estando a unos tres metros, al mismo tiempo que acortaba dicha distancia a dos metros, realiza una pregunta (doble), exclamando de la siguiente manera:
¡Señor, señor!, ¿cómo se dice en Arameo, negro de mierda?
No pueden negar que es una forma original de insultar indirectamente. Obviamente como era una mujer no le contesté, simplemente la miré a los ojos por un solo segundo y después seguí mi camino. Pero no sin antes realizarme ella un segundo interrogante, como continuación de la primer pregunta:
…..........y ¿raza marplatense?
Inmediatamente que me realizó el insulto, supe que era un mensaje, por la primer palabra utilizada de esa interrogación: “ARAMEO”.
Arameo es el idioma que hablaba Jesús. O en todo caso lo que yo sabía, era que ese idioma se hablaba en la época de Jesús.
Fuente de consulta:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/05/140527_cultura_cristo_idioma_wbm
Así es que me fue imposible no considerar la exclamación de esa mujer, como un mensaje; porque ¡que coincidencia!, que alguien me insulte sin conocerme y utilice una palabra que tiene íntima relación con la investigación que estoy llevando a cabo. Solo tiene un sentido, hacerme ver que ahí hay algo a lo que debo prestar atención.
Porque de lo contrario si hubiera sido un insulto normal, que recibí como consecuencia de haber tenido anteriormente pensamientos negativos, que atrajeron dicha puteada hacia mí, sería comprensible; pero esa mujer no me dijo:
¿Cómo se dice en ucraniano o en coreano......................?. Utilizó específicamente la palabra Arameo.
Por esa razón, dicho insulto no me molestó en lo más mínimo, escucharlo no me dio tiempo a enojarme ni sentirme ofendido en absoluto, sino que inmediatamente traté de entender, qué me estaban queriendo decir esas dos interrogaciones.
Así que a los pocos pasos de haber ocurrido, analizando la situación y las palabras utilizadas, comprendí inmediatamente la primer interrogación.
En primer instancia (porque después busqué más información en Internet, que me permitió profundizar la conclusión a que había llegado) comprendí que ese insulto me estaba diciendo en realidad:
“Jesús, sos un negro de mierda”
Así es que sabiendo las coincidencias que habían ocurrido, no era difícil darse cuenta que quien me había realizado el insulto, no era esa chica, sino el hijo de puta de Satanás.
Y como me ocurrió otras veces, cuando Satanás me hace ver en particular, que realiza algo en mi contra, como el derrumbe con el cual atentó contra mi vida (ver el artículo titulado “Nº 200 - La profecía y el tercer atentado”), en donde él se enojó por lo que había escrito dos días antes y que significaba el principio de las interpretaciones que realizaría sobre las profecías de Benjamín Solari Parravicini.
Entonces es que esa puteada me hizo comprender, que Satanás estaba otra vez recaliente conmigo.
Ahora yo me preguntaba, qué hice que lo hizo enojar tanto, porque yo hacía varias semanas que no estaba escribiendo ningún artículo, porque me sentía como a veces me sucede; cansado, desganado (Ley del péndulo), no tanto por no saber qué escribir, sino por ver que nadie me escucha, aún cuando grito LA VERDAD a los cuatro vientos (esto último sucede, no porque los demás sean estúpidos y no escuchen, sino porque mi deseo de que así suceda, todavía no es lo suficientemente fuerte).
Por lo tanto yo me dije, si no se enojó por nada que escribí recientemente, ¿se habrá enojado por algo que escribiré pronto?
Ya me había pasado justamente con las profecías de Benjamín Solari Parravicini, donde sufrí un atentado de su parte, por dejar escrito al pasar una frase que pertenecía a una de las profecías de dicho autor.
Y al descubrir en ese momento que el atentado que me había perpetrado Satanás, era para que no escribiera sobre esa profecía (de la cual no pensaba todavía darla a publicidad, por no comprenderla en su totalidad); provocó todo lo contrario en mí, haciéndome enojar y profundizado la investigación de la misma, acelerando el objetivo que había en primera instancia dejado para más adelante.
Es decir, en esa ocasión Satanás demostró ser un flor de pelotudo, porque si se hubiera callado la boca, yo no hubiera dado a conocer nada de esa profecía, por lo menos en ese momento.
Y ahora con este insulto que Él me propinó, pasó lo mismo, demostró nuevamente su pelotudez, porque junto con el insulto me dijo también en clave (la segunda pregunta), la razón por la cual me insultaba, provocando que siguiera dichos indicios hasta dar con la profecía de los indios Hopi, y lograr la verdadera interpretación de ella.
Pero antes de analizar esa segunda pregunta y de cómo llegué a comprender su mensaje, sigamos con la profundización del análisis que realicé del insulto:
Cuando llegué a mi oficina busqué en Google, qué significado me daba de “Arameo”.
Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............
Apocalipsis, 1,3:
3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.
A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.
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Desde “la playa de las arenas argentadas”, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.
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